capitulo
3
Primeros días fuera
del
zoológico
Salieron a la
ciudad, por suerte, no había gente cerca, salieron corriendo antes de que los
siguieran los tigres.
una
vocecita salio del lomo de Akum:
-Hola,
¿como se llaman?, yo soy Zura, odio ese zoológico ¿están huyendo hacia la
libertad? déjenme acompañarlos, porfi, no quiero ser usada como mascota de
humanos, quiero ir a la selva, ¿a que parte del planeta se dirigen?-
-Akum ¿que
tienes en el lomo? pregunto Talka
-no se-
-corre un
poco mas rápido, si tu corres mas rápido y yo mas lento estaré atrás tuyo y
veré tu lomo-
-no es
necesario- exclamo la vocecita
y un lemur sifaka hembra salto por encima de la cabeza de Akum
-¿que haces
aquí? ¿como te llamas?- pregunto Kátila
-te
responderé si respondes a todas mis preguntas-
-yo soy
Kátila, el es Eco, ella Talka y el Akum, si, huimos hacia la libertad, esta bien, acompáñanos, no sabemos hacia
donde nos dirigimos-
-bueno, me
subí al lomo de Akum y me escondí entre sus pelos del lomo, me llamo Zura-
-no sabia
que tenia tantos pelos-
-eres un
reno, debes tener mucho pelo para el frío- dijo Talka
-esta bien,
estoy un poco cansado y con hambre ¿no podemos parar?-
-tenemos
que seguir, por los tigres, ya que tienen buen olfato, podrían seguir nuestro
olor- dijo Kátila
-si
avanzamos contra el viento, el viento se llevara nuestro olor, además, el
zoológico esta bastante lejos- dijo Eco.
avanzaron
contra el poco viento que había durante todo el día, evitando a los humanos,
luego durante toda la noche hasta que llegaron a un lugar con algunos árboles y
una pequeña laguna.
pasaron las
pocas horas que quedaban de noche allí.
Empezó a lloviznar y Zura armo una cabaña
bastante trucha, pero les sirvió para pasar la noche: con dos árboles, tres
ramas muy resistentes, un pedazo muy grande de corteza y unas cuantas lianas,
armo una cabaña así: los árboles tenían unas ramas cortas pero resistentes que
salían para el mismo lado y para arriba, dos de las ramas en diagonal atadas a las
ramas del árbol y sostenidas en la punta del triangulo con la otra rama y con
otro lado clavada en la tierra haciendo de columna y arriba la corteza como
techo.
adentro
unos colchones de hojas hechos por Kátila para todos.
antes de
dormir comieron y se bañaron en la laguna, y se durmieron a la luz de la luna
llena.
. . .
al
despertar, ya había salido el sol, seguramente fue el quien los despertó, Zura
estaba tomando agua del lago y jugando a su orilla con una rama, parecía que dibujaba
algo con la rama, solo Kátila lo noto y, como los demás seguían cansados,
decidió ir a ver lo que hacia.
-¿que estas
haciendo?- pregunto suavemente
-un mapa de
la selva- dijo -en realidad no nací en el zoológico, nací en la selva, pero los
humanos me arrancaron de mi hogar para ser una mascota, un hombre me compro y
me llevo en una jaula a el zoológico, estoy dibujando un mapa de la salva en la
que vivía, bueno, lo que recuerdo-
Kátila se
quedo sin palabras, ella quería consolarla, pero no sabia que decir, pero se le
ocurrió una idea, ya que no sabia que responder, decidió hacer una pregunta:
-¿recuerdas como fue el viaje desde la selva
hasta el zoológico?-
-un humano
con una escopeta y me agarro de la cola y me lanzo bruscamente a una caja de
madera con algunos agujeros, mire por los agujeros y vi que me subieron a un
vehiculo de cuatro ruedas, luego ese vehiculo se movió y me llevo por la selva
hasta llegar a una ciudad en la que me bajo y me puso en una jaula de vidrio,
unas horas después, vino un hombre que me puso en una jaula y me llevo al
zoológico-
-¿puedes
guiarnos a la selva?-
-quizás,
pero Akum moriría de calor, ya que el esta adaptado al frío y en la selva hace
un calor tremendo-
-pero es
una cría, todavía no tiene tanto pelo, además, podría
estar en la
sombra y...-
-no puedo
obligarlo a vivir así, pero podrían ir a un lugar mas frío luego.
. . .
cuando se
levantaron los demás, Zura había echo unas canastas de corteza, hojas y savia
para guardar alimentos y agua, pues, ¿quien sabe cuando encontrarían una laguna
o comida de nuevo en su viaje?.
llevaron las canastas atadas con lianas a el lomo y
siguieron su viaje.
caminaron
por un bosque desierto gracias a las arenas movedizas.
-les tengo
miedo a las arenas movedizas- dijo Akum
-no sucede
nada si no te quedad mucho tiempo sobre un lugar- dijo Zura
de pronto,
Akum se tropezó con una roca y cayo al piso.
-¡ay!-
-¡Akum,
muévete, caíste sobre las arenas movedizas!- grito Zura
-¡ay no, ay
no, ay no, ay no!-y Akum empezó a moverse para salir de las arenas, pero se
hundía mas, y rápidamente, sus patas estaban completamente cubiertas por las
arenas movedizas.
-¡espera,
Akum!- le grito Kátila, que salio trotando hasta un árbol con una liana muy
larga y resistente. Salto para agarrarla, pero no podía saltar tan alto debido
a una torcedura de tobillo en el primer salto.
-¡espera!-
grito Eco, que también salio corriendo y se inclino para formar una rampa
-¡salta por mi espalda!.
Kátila
asintió y corrió por el lomo de Eco y salto lo antes posible para no causarle
dolor en el
cuello, y... ¡lo consiguió!, tomo la liana y la lanzo hacia Akum, que ya tenia
el cuello todo cubierto de arenas movedizas. El agarro la liana y la mordió con
fuerza, del otro lado, Eco, Kátila, Talka y Zura tirando de la liana, incluso,
Zura tiraba la liana con la cola, con las manos y con un pie.
primero
salio el cuello de Akum de la arena, luego una pata delantera, luego la otra,
luego el lomo, luego una pata trasera y la otra, en resumen, lentamente salio
de la arena movediza.
decidieron
apresurarse a seguir, Zura tenia un montón de piedras para lanzar para saber si
estaba por pisar arena movediza o no, por suerte, no volvió a suceder.
capitulo 4
El
desierto
desde el
episodio de las arenas movedizas, Eco y Kátila caminaron juntos, no como
pareja, sino como amigos, ya que parecia que hacian un buen equipo, por si abia algun problema.
cuando salieron
de esa peligrosa selva y se dirigieron al desierto, en donde caminaron sin
descanso, y, para sorpresa de todos, Akum no sufrió tanto, solo de hambre,
pues, se le habían acabado casi toda su comida.
Se
encontraron con unas cuantas hienas.
-por fin,
¡comida!- grito una hiena hembra, parecía la líder de la manada.
-N-no
queremos meternos en problemas- dijo Talka
-oh, nadie
quiere meterse en problemas, pero al final, los que se cruzan con nosotros,
terminan en problemas-
-Akum,
Zura, aléjense, Akum, lleva la comida, busca un oasis, y si te persiguen, no te
detengas- dijo Kátila.
las hienas
atacaron, una hiena se tropezó con una piedra y Eco le pego con la pezuña en la
mandíbula y le saco un colmillo, el lo agarro con la boca y se lo lanzó a
Kátila y Kátila se lo lanzó a Zura, que como estaba en el lomo de Akum y Akum no
estaba lejos, lo pudo agarrar, y con una liana y un palo de las canastas hizo
un cuchillo, y con una hoja y una liana hizo una bolsa para guardar el
cuchillo, tipo como usaban los soldados de la época medieval cuando usaban
espadas.
Kátila, Eco
y Talka intentaron pelear, pero no pudieron contra las hienas, cuando estaban
rodeados, unas serpientes interrumpieron y empezaron a picar a las hienas, en
la confusión, salieron corriendo tras las huellas de Akum.
. . .
siguieron
las huellas de Akum durante mucho, no sabían que podía correr tan rápido, en un
momento se vieron las huellas de Zura, que enseguida desaparecieron, pero
siguieron las de Akum, seguramente se había caído y se había subido de nuevo.
encontraron
un oasis en el que se detuvieron las huellas de Akum, lo encontraron nadando en
una laguna y a Zura a punto de saltar desde una palmera hacia el agua.
-¡hola
chicos!-
-¡hola!,
¿como encontraste este oasis?- pregunto Kátila
-¡yo lo
guíe!- grito Zura
-¿ya
conocías este desierto?- pregunto Eco
-si, si la
selva en donde vivía esta después de unas montañas que están cruzando una
cascada que esta cruzando un bosque que esta cruzando este desierto ¿como no
voy a conocer el desierto? ya que cuando me llevaron en ese vehiculo de cuatro
ruedas, hice un viaje desde la selva hasta la ciudad- respondió Zura.
-Zura
¿podemos hablar un poco solas?- pregunto Kátila
-si-
se fueron a
un lugar algo aislado de la laguna.
-Zura, Akum
no ah sufrido, podría venir a la selva con nosotros-
-lo pensare
en el viaje, ahora que podemos estar en paz, descansemos unas horas antes de
seguir-
y dicho
esto, se fueron a beber agua y a comer.
. . .
cuando Zura
cargo las canastas, siguieron caminando, se encontraron con unos monstruos de
gila, a los cuales Zura amenazo y asusto con su cuchillo de colmillo de hiena,
al parecer corrieron la voz, ya que los animales no los molestaron mas.
cuando
estaban a un par de kilómetros del limite de el desierto, se encontraron con
muchas víbora, unos muchos escorpiones, un montón de hienas y muchísimos
monstruos de gila.
-¡¡tiranos!!-
grito una hiena -¡ustedes saben porque estamos aquí!-
-no, no
sabemos- dijo Zura con tono amenazante sacando su cuchillo.
-a
essssssso nossssss referimosssssss- dijo una serpiente -interrumpen en
nuessssssstro dessssssssierto y nos amenazzzzzzzzzan con cuchillos-
-tiene
razón- dijo un monstruo de gila -nosotros no les hicimos nada y sin embargo nos
atacan-
-no hemos
tacado a nadie, ustedes nos atacaron a nosotros, y nosotros solo nos
defendimos, tenemos un objetivo que tenemos que cumplir- dijo Kátila.
-ustedes
nos atacaron, y entendemos que no fue sin razón, tenían hambre, pero el
instinto animal nos dijo que teníamos que defendernos- dijo Eco
- a
ussssssstedessssssss nisssssssiquiera lossssssss conossssssimosssssss- dijo una
serpiente- y sssssssssin embargo, essssssstamossssssss en sssssssu contra, la
verdad, no entiendo-
-porque
seguro les dijeron que éramos malos porque nos defendimos con cuchillos- dijo
Zura- no queríamos llegar hasta ese punto.
-lessssss
dejaremosssss hassssssta la próxima luna llena para irsssssse- dijo una
serpiente.
y dicho
esto, los animales del desierto se fueron.
faltaban
dos días para la próxima luna llena, por eso, Kátila, Eco, Talka, Akum y Zura
empezaron a caminar por el desierto, no había otro oasis, pero cuando se
estaban muriendo de sed, divisaron en el horizonte unos árboles, eran demasiados
para ser un oasis, parecía un bosque en medio del desierto, o quizás el final
del desierto, eso significaba... ¡que habían terminado el viaje en el
desierto!.
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